Picaflores y Colibríes en Chile y Sudamérica, la Familia de los Trochilidaes

Podría decirse que esta es una de las familias más propia y característica del continente americano, es endémica del Nuevo Mundo y pertenece al Orden Apodiformes, la gran mayoría de las especies que pertenecen a ellas son sudamericanas, esto es nada menos que 246 especies de las 323 que existen en el mundo lo que totaliza un 76%, es decir tres cuartas partes de ellas son de esta parte del mundo. Desde tiempos inmemoriales han sido consideradas como las joyas de bosques y selvas de este continente con sus brillantes colores e interesantes y extraños estilos de vida, en Chile esta familia está representada por 10 especies. Suelen ser aves muy pequeñas, de hecho el ave más pequeña del mundo pertenece a esta familia, que es el Colibrí Zunzuncito (Mellisuga helenae) habitante de la isla de Cuba de apenas 5 centímetros de largo, la Estrellita Esmeraldeña (Chaetocercus Acestrura berlepschi) también es muy pequeña puesto que la hembra es de 5,5 centímetros de largo. En Chile también es el ave más pequeña, el Picaflor Chico (Sephanoides sephanoides) es de 9 centímetros de largo, siendo superado por el Picaflor de Arica (Eulidia yarrellii) de tan solo 8 centímetros de largo. Su coloración es normalmente verde, se caracteriza por colores y brillos metálicos iridiscentes, siendo una de las aves mas ornamentadas del mundo, hasta tal punto de suscitar para su nomenclatura la comparación con gemas preciosas y otras diversas joyas. Esto es así puesto que estas aves poseen coloraciones metalizadas con distintos grados de iridiscencia en diferentes partes de su cuerpo, producto no de pigmentos, sino de la estructura microscópica de sus plumas. Ellos son colores estructurales que dependen del ángulo de incidencia de la luz y que por ello en consecuencia varían desde una magnificencia plena hasta el negro cuando el ángulo de visión es el incorrecto. Y es así también porqué muchas de estas pequeñas aves están adornadas con parches particularmente rutilantes, rojos, naranjas, amarillos, azules, rosados. Destacan por su espectacular colorido los picaflores Topacio Carmesí (Topaza pella) y Topacio Fuego (Topaza pyra) del Norte de Brasil. Los machos tienden a ser más coloridos que las hembras en su plumaje, con crestas, penachos, abanicos y colas espectaculares, esto es particularmente notorio, como es natural, en la época de reproducción. Entre aquellos picaflores con crestas y penachos más espectaculares están las Coquetas de la parte Norte de Sudamérica, destacando entre ellas la Coqueta Magnifica (Lophornis magnificus). Respecto a las colas sobresale el Colibrí Colilarga Mayor (Lesbia victorias) de Colombia, Ecuador y el Norte de Perú; asimismo la Coqueta Maravillosa (Loddigesia mirabilis) del Perú que posee dos plumas en forma de paleta. En muchas especies de esta familia las hembras tienden a ser menos llamativas, pareciéndose a los juveniles. Tienen picos largos y delgados y una lengua hueca especializados para llegar hasta el fondo de las flores desde donde sondean, extraen y sorben sus jugos denominados néctar que es su principal alimento, en un 90%, que es abundante y rico en calorías, el otro 10% lo constituyen insectos y arácnidos que habitan en las flores y también el polen de estas. En algunas especies la forma de los picos revela su vinculación con determinadas plantas. Así encontramos los picaflores con pico en forma de hoz para alcanzar algún que otro rincón dentro de la flor del todo inaccesible, con esta característica encontramos el Pico de Hoz Cola Verde (Eutoxeres aquila) del Ecuador. Tenemos también los picaflores con pico en forma de espada para llegar a las profundidades de las muy largas corolas de las flores tubulares, como ocurre con el Colibrí Picoespada (Ensifera ensifera) que posee un descomunal pico de 3 veces su cabeza, habitante de Ecuador y Colombia, y hasta algunos agudamente recurvados. Muy curioso resulta el Colibrí Pico Diente (Androdon aequatorialis) que en las costas de Ecuador tiene el pico ligeramente recurvado. No está demás señalar que a las flores le prestan un importante servicio al ser fundamentales para su polinización y al limpiarlas de los insectos y pequeños arácnidos que habitan en ellas. Tienen alas que son largas y delgadas y sus piernas son cortas, sus patas son proporcionalmente diminutas, inservibles para caminar, sólo le permiten posarse en ramas y perchas aptas para despegar fácilmente. Su capacidad de vuelo es notable, con un aleteo increíblemente rápido, pudiendo mantenerse inmóviles en el aire, parecen flotar en él para luego salir disparados a velocidades impresionantes de nada menos que 70 kilómetros por hora, y pueden por ello volar en todas direcciones, incluso hacia atrás. Esto es posible por su facultad única de rotar toda el ala en torno de su hombro y por desarrollar una velocidad de aleteo que en vuelo normal puede llegar hasta unas 80 veces por segundo ocasión en que ellas se ven borrosas como las aspas de un helicóptero. Han debido desarrollar esta forma de volar acrobática para poder ubicarse y rodear a las flores frente a las cuales se mantienen para libar su alimento, necesario para su alto metabolismo que al ser extremadamente acelerado, motiva que deben alimentarse durante todo el día. En reposo su corazón late entre 500 y 600 veces por minuto, llegando a 1.000 los latidos en situaciones extremas. Para economizar energía, especialmente durante la noche entran en estado de sopor que se denomina torpor en el que su metabolismo disminuye a mínimo nivel bajando su temperatura corporal para conservar energía. Los machos son polígamos y las hembras en consecuencia se hacen cargo ellas solas de la construcción del nido y de la crianza de los polluelos con excepción del Picaflor Azul (Colibrí coruscans). El nido se construye en forma de huevera con diferentes materiales tales como vegetales, telarañas y su propia saliva y son ubicados en ramas, cables, hojas o rocas. La postura normal es de dos huevos de color blanco e incuban a sus pichones que son nidícolas. Otra característica de los machos es que por la razón antes descrita tienden a ser muy territoriales defendiendo agresivamente sus territorios, hostigando inclusive a otras aves de mucho mayor tamaño, del lugar donde acuden las hembras para alimentarse y aparearse. Las hembras son atraídas por los despliegues aéreos de los machas y por sus cantos, este es el único esfuerzo que además del natural de la copula ellos invierten en la reproducción.
Dentro de esta familia están los Oreotrochilus que se encuentran asociados a los altos Andes, ellos tienen el pico ligeramente curvado y su cola contiene bastante color blanco, se alimentan de las flores a menudo aferrándose a ellas y no flotando a su alrededor. Los Sephanoides incluyen dos especies con corona de parche iridiscente. El Picaflor Gigante (Patagonas gigas), habitante de Chile, Perú y Ecuador, hace honor a su nombre siendo enorme si se le compara con los demás componentes de esta familia siendo el más grade de ellos con sus 22 centímetros con los que alcanza la talla de un Zorzal (Turdus falckladii). Los diseño de la cola que sólo tienen la cantidad de 10 plumas, son muy importantes para identificar a la familia de los Picaflores.
Si bien los Picaflores habitan principalmente en bosques y selvas, también se les encuentra en las altas montañas como el Picaflor Cordillerano (Oreotrochilius leucopleurus) o el Picaflor de la Puna (Oreotrochilius estella), ambos habitante chileno de Los Andes, entre los 1.500 a los 3.000 metros el primero y los 3.500 y los 5.000 metros de altura el segundo. También las sabanas y en los humedales, como asimismo en oasis de desiertos como es el caso del Picaflor de Arica (Eulidia yarrellii) del Norte de Chile, sin desdeñar por cierto parques y jardines donde son habituales invitados y hábiles comensales de la gran variedad de flores que los adornan cual es el caso del Picaflor Chico (Sephanoides sephanoides) pequeño y entusiasta habitante de Argentina y Chile. Especial mención debe hacerse al Picaflor de Juan Fernández (Sephanoides fernandensis), pequeño habitante endémico del archipielago chileno del mismo nombre el que tiene la particularidad de un acentuado dimorfismo ya que macho y hembra son de distinto colorido. OMORA Picaflor Colibri, un pequeño gigante, historia yagan
Bibliografía:
LAS AVES DE CHILE NUEVA GUÍA DE CAMPO, Daniel Martínez Piña y Gonzalo González Cifuentes, obra citada en acápite Bibliografía.
AVES DE CHILE, Álvaro Jaramillo, obra citada en acápite Bibliografía.
BIRDS OF PATAGONIA, TIERRA DEL FUEGO & ANTARTIC PENINSULA; Enrique Couve y Claudio Vidal, obra citada en acápite Bibliografía.
GUÍA DE CAMPO DE COLLINS, AVES DE SUDAMÉRICAJorgeRodríguez Mata, Francisco Erizo y Maurice Rumboll, obra citada en acápite Bibliografía.